¿México, creo en ti?
¿Y en sus gobernantes?

Por José Luís Loyo Ochoa



CUANDO LOS PUEBLOS SE CONVIERTEN EN REHENES DE SUS GOBERNANTES NADA PUEDE SER BUENO PARA LOS QUE VIENEN EMERGIENDO YA ASFIXIADOS.                          J. L. L. O. 15/08/11


Veracruz, Ver.MX. Primero permita usted una disculpa, una gripe de de las que nos dan allá de vez en cuando nos dejó sin posibilidad de perturbar su tiempo con nuestras incoherentes y en ocasiones repetidas quejas, pero seguimos en la brega, aún y cuando en éstos tiempos ya no sea posible escribir todo lo que se deba escribir, salvo que contemos con un boleto abierto a cualquier parte del mundo ex profeso para poder salir salvos de las iras de quienes queden en inconformidad con nuestras letras.

¡México!, ¡Creo en ti!, así, con fuerte resonancia sonaba en nuestros tiempos esa bella frase, y hoy, la misma frase se debe de encerrar en signos de interrogación, seguida de otra frase que incluye a sus gobernantes. Este, el actual México, no es el País por el que lucharon todos esos que soñaron con dejarnos una patria libre y con libertad para todos los ciudadanos, quedó en un vago recuerdo el sueño de aquellos que ofrendaron sus vidas en aras de que sus vástagos y los hijos de sus hijos pudieran vivir en una tierra libre de la violencia que aquellos mártires se vieron en la necesidad de ejercer para poder hacer realidad ese sueño, toda esa sangre que los hoy extintos luchadores derramaron se secó en los mismos campos de batalla sin poder dejarle paso a que la buena semilla diera los frutos deseados.

Hoy se culpan a las mafias de los yerros de quienes nos han mal gobernado, hoy se dice que los malos se han adueñado de la voluntad de los ciudadanos, se culpa a esa ciudadanía de lo que los pésimos gobiernos no supieron hacer, es muy cómodo culpar a quienes no pueden ejercer defensa para sí, de esa forma, las masas terminan por creer a quienes echan culpas a otros. El pueblo, al igual que en las épocas pasadas terminan sin saber a quién culpar y terminan por ser creídos en una culpa que no es suya pero que, a fuerza de repetida, se la adjudican, mientras el pésimo grupo de gobernantes siguen enriqueciéndose a manos llenas con la sangre de quienes son el grueso de un pueblo hoy sumido en desgracia.

¿Creación de empleos?, cientos, miles y ciento de miles de empleos prometen cada vez que se acerca una contienda, los que ayer fueron niños y hoy son ciudadanos en edad de sufragar van nuevamente engañados a las urnas, sufragan no por el candidato y si por las promesas que el que ansía el poder les hace. En campaña todos los candidatos son uña y mugre de ese pueblo, ya ungidos con el puesto de semi dioses nadie se podrá acercar a ellos, esos nuevo semi dioses les habrán de mira por encima del hombro, cual si fueran piojos o pulgas que hacen incomodo el paisaje que esos nuevos amos quieren ver. Y las plumas que ayer eran abrazadas por quien era candidato se vuelve un vago recuerdo, recuerdo que causa malestar en quien ayer pedía su apoyo para llegar a ese escalón de opulencia en la que hoy vive, fuimos el ladrillo que usaron para subir y ahora ese ladrillo les estorba, sus escalones son hoy de mármol, el barro ya no les importa en lo mínimo, dejaron de ser gente del pueblo y como tales olvidan el sentir de quien les brindo confianza, todas las veces gracias a esa plumas que les sirvieron de peldaños.

Desde mil novecientos diez, época en que inicia nuestras revolución nuestro pueblo no había padecido todo lo que hoy viene padeciendo; desempleo, hambre y lo que es peor, un cúmulo de calamidades acompañados de derramamiento de sangre, de nuestra misma sangre vertida  en campos de batalla en que han convertido a todas nuestras ciudades, nuestro pueblos y los rincones más recónditos de nuestra geografía.
¡DAÑOS COLATERALES! Esa es la expresión usada para justificarse ante el ciudadano cuando en las batallas callejeras caen ciudadanos indefensos que ninguna culpa tiene por los aconteceres que son producto de los pésimos gobiernos ejercidos por quienes ninguna capacidad tienen de ejercer un mediano gobierno en bienestar ciudadano. En cualquier empresa de la iniciativa privada, cuando el que se emplea no es capaz de ejercer su puesto es relevado en inmediato del puesto que ejerce, sin embargo, en los puestos gubernamentales se ejerce el dicho de los capitanes, el cual reza; “si se equivoca el capitán vuelve a mandar, para eso es el jefe”, de tal manera que, aún y cuando se demuestra con tanta sangre inocente vertida que no existe capacidad de mando, quienes nos mal gobiernan siguen en sus puestos enviando más sangre de repuesto a sus órdenes, total, son los jefes y si se equivocan vuelven a mandar, para eso son los jefes y el ciudadano es el pueblo que obediente debe de obedecer.

Enfrentamientos en las ciudades donde se pueden contar por docenas los cadáveres, pero en los comunicados nos dicen que fueron dos, tres o cuatro los muertos y, lo peor, hay que creer esos comunicados aunque el vecindario donde se dieron esos enfrentamientos fueran contado más de una docena de cadáveres, la palabra de la ley es indiscutible, amén de que se dice con la única finalidad de no crear más pánico entre la población civil, al menos eso es lo que dicen los que nos gobiernan a todos los niveles.

 Para escribir hay mucho material, pero ello para quienes se dedican a la fuentes de sociales, de deportes o de espectáculos, pero no para quienes nos dedicamos a la fuente política, los que, aunque no queramos vemos un poquito más allá de lo que los ojos profanos no pueden o no quieren ver, hoy nuestra inquietud esta en las futuras elecciones, en si habrán de permitir que éstas se den o, con el poder que tienen de las fuerzas armadas habrán de ser suspendidas con el argumento de que no existe calma ni tranquilidad entre la ciudadanía, eso estimado lector es algo que nos mueve a inquietud, que nos hace sentir un resquemor en cuanto a lo que suceda llegado el momento de las campañas.

Y no es para menos, la violencia que se desarrolla entre los pueblos no decrece y sin en cambio aumenta día con día, todo el País está en franca indefensión ante los acontecimientos diarios en donde no se sabe por dónde se escucharan los estruendos de las metrallas o de granadas y bombas, al día de hoy nadie es dueño de dejar las puertas de su casa abiertas, de hacerlo así se corre el riesgo de que entren perseguidos y tras ellos perseguidores, regando de metralla ese hogar que su único delito fue dejar su puerta abierta. Como podemos apreciar, incertidumbre y desaliento es el sustento diario de nuestra ciudadanía, de ahí que nos motive el hecho a esa creencia de lo que pueda ser el mañana próximo de las elecciones, ¿Necios?, quizá.

Por lo pronto ahí le dejamos ese galimatías para que nos acompañe a entenderlo dejándoles nuestros corros en donde con gusto trataremos de servirles en lo que podamos y nos dejen:
loyocruceropolitico@yahoo.com.mx   y   loyocrucero@hotmail.com  y gracias