Candidatos, medicinas y pueblo

Crucero Político
José Luis Loyo Ochoa
Diciembre 07/05


Candidatos, medicinas y pueblo
Farmacéuticos súper elevan costos



Veracruz, Ver. Hasta el momento aspiran tres candidatos varones y un dama a esa silla presidencial, hemos seguido de cerca discursos y peroratas en la búsqueda del voto del pueblo, las promesas van y vienen, incluso hemos expuesto esa eterna, fastidiosa y ya insultante campaña que sin disimulos viene haciendo quien en el año 2000 prometió el oro y moro a un pueblo que, al igual a cuando la venida de los peninsulares (españoles a la conquista) durmieron a los autóctonos con los vidrios y espejitos, y esos abuelos le creyeron al conquistador en su afán de sacudirse el yugo del también conquistador que era el azteca, repetimos, autóctonos que no indios.

Y seguimos diciendo, hasta hoy a ninguno de los suspirantes le hemos escuchado decir nada en lo referente a la salud del pueblo, al control en el libre ejercicio de venta de la medicina, un libre ejercicio en su comercialización que hace a los señores que venden la medicina súper ricos, en un tiempo casi igual al que esos que se llaman políticos los vemos enriquecerse, resulta ya no insultante, sino aberrante el ver y comprobar cuanto le aumentan esos farmacéuticos a esos productos que deben de servir para aliviar esas enfermedades del cuerpo que seguido padecemos los humanos, pero que con todo ese aumento sumamente desproporcionado que hacen los mercenarios de la salud de Juan pueblo, llamados a sí mismos empresarios de farmacias, dejan al cualquier enfermo en calidad de muerto en vida. En verdad señores candidatos, hagan algo.

Al decir hagan algo no nos referimos a que prometan en aras de conseguir el voto, les decimos que hagan ese algo en bienestar del pueblo que somos la mayoría, ese mismo pueblo que siempre ha estado a merced de los voraces mercenarios de la industria del medicamento. Dicen que para saber lo sucio de la olla hay que ir a su fondo, ahora si supimos en carne propia cuanto se medra y comercializa con la salud de ese indefenso pueblo de México, y quizá del resto del mundo, pero el que nos interesa es el nuestro, donde nacimos y vivimos, aunque también para poder mantener a nuestras familias y darle carrera a nuestro hijos tengamos que ir por temporadas al vecino País del norte.

Necesitar los servicios de un centro de salud es abrir los ojos a una labor que muchas de las veces no tomamos en cuenta, que incluso llegamos en nuestra ignorancia sobre ella ha dejar de lado su operatividad, su función y su altísimo sentido humanitario que permite al sector desprotegido de la población conseguir la cura de sus males físicos, en espacio pasado hicimos público nuestro agradecimiento al doctor Jon Rementería por el favor brindado al momento en que lo necesitamos, y fue ahí donde también nos fue dable el poder constatar los beneficios que esa institución brinda a nuestro pueblo, a la clase de los que menos tenemos, y es que poder hacer frente a un imprevisto en materia de salud, sin contar con el dinero necesario, es poco menos que imposible.

Ha sido gracias a ese imprevisto de salud que nos hemos dado cuenta de algo que le atañe a todo el pueblo, y ese algo es la inhumana acción que los farmacéuticos hacen contra de la integridad física del pueblo, a quien le exprimen los bolsillos vendiéndoles todos los medicamentos recetados a precios exageradamente altos.
Y ha sido aquí, en ésta necesidad, donde también pudimos constatar ese servicio que prestan instituciones del Estado como lo es el centro de Salud que dirige el doctor Jon Rementería Sempé, y créame usted amable lector, las gracias ya se las dimos públicas y sinceras, ahora nos toca el pugnar por que esos que hoy aspiran a relevar al inepto presidente actual de la República, vuelva sus ojos a para verdaderamente servir a ese pueblo que todos ellos han olvidado, de ese pueblo al que solo se acercan al momento de sus campañas rogándoles el voto.

Amén de los servicios médicos que instituciones como la Secretaría de Salud presta al pueblo, con atenciones médicas de primer nivel, señores doctores especializados, los que si consultáramos fuera de esa institución cobrarían sus honorarios con cantidades a las cuales nosotros no tendríamos facilidad de poder pagar, pero que ahí atienden al ciudadano sin distingos y el mismo profesionalismo con el que le atienden en particular o en las clínicas de lujo. Es entonces cuando nos es dado el poder apreciar en toda esa magnitud lo que significa el que los ciudadanos podamos contar con éstos centros.

Pero si ya la atención profesional de los médicos y enfermeras es algo invaluable, deje decir a usted que en el renglón de los medicamentos es cuando comprobamos toda la enorme distancia que existe entre esos centros de Salud Estatales y la de la iniciativa privada. Como decían los abuelos, es aquí donde la puerca torció el rabo, donde vemos esa gran e inmensa diferencia que existe.

Una medicina que nos sale en ese Centro de Salud a un costo de ocho pesos, en esas farmacias que sus slogans dicen son para ayudar al bienestar del pueblo, se elevan con costos desproporcionados, llegando hasta más de los cuarenta pesos, ¡Si!, leyó usted bien!, esa misma medicina que su enfermo requiere, en la calle se eleva su precio muy por encima del que cualquier ciudadano pueda imaginar, y permítame usted aclararle que el costo del centro de Salud ya incluye un sobre precio que permite recuperación para poder volver hacer la compra de lo que vaya faltando. Si un medicamento en esas farmacias de servicio humanitario que existen en la calle nos cuesta casi los 300 pesos, en esos centros de salud su costo es del órden de cuando mucho veinte pesos, leyó el precio más que bien, los costos en medicamentos en éste México nuestro exterminan la salud de cualquier enfermo, optando mejor por espera al enterrador

Si alguno de esos aspirantes ha convertirse en presidente de México en verdad quiere llegar al pueblo en sus fibras más sensibles, sin duda alguna que la salud es la llave que puede de darle esa oportunidad, pero con un compromiso que sí cumpla al llegar ha posar su parte trasera del cuerpo en esa silla presidencial.

P.D. En vista que estamos en plena época NAVIDEÑA, y luego recibimos reclamación por no responder a las felicitaciones de nuestros dos o tres lectores, les enviamos la dirección del domicilio particular de éste servidor, el cual es: Mariano Arista No. 1742 entre P. Suárez y Jiménez, colonia centro, C.P. 91700 Veracruz, Ver.
Mientras usted amable amigo digiere éstas líneas, recuerde que nuestros correos están para tratar servirle: loyocruceropolitico@yahoo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com