¿Delfín defensor de periodistas?
¡Por favor! No nos defiendas ….


José Luís Loyo Ochoa
Noviembre 27/06




Veracruz, Ver. MX. Igual que en los corridos (música mexicana) donde se narra hechos y sucesos que, la mayor parte de las veces son verídicos, éste espacio y tinta lo queremos narrar a quien, paradójicamente, lleva la encomienda de velar por la seguridad y bienestar de quienes transitamos en los medios, llámese T.V, Diarios, radio, revistas e Iternet y lo que usted guste y mande, el caso es que el señor Gobernador Fidel Herrera Beltrán da tal encomienda a quien, cuando era ministerio público del fuero, dejó constancia de ser la persona más corrupta del medio de ministerios públicos, y creo que es decir poco.

Repito, me consta, fui una más de las víctimas de este corrupto funcionario:

Año de 1997, muy presente tengo yo, día 2 de Febrero cuando se celebra en la Cuenca a la Candelaria, en punto de las 19 horas de ese Domingo, después que terminamos nuestros reportajes y los enviamos vía FAX,, ya que aún la Internet y sus maravillas no las teníamos en ésta su humilde oficina, abordamos nuestro vehículo (Ford Mustang) para darle un paseo a nuestros hijos, la familia salía al paseo dominical sin esperar que, cuadras adelante un infame cafre del volante nos habría de arrollar con todo y vehículo.

Con el semáforo dándonos el paso cruzamos la avenida Allende, por la cual iban dos armatostes jugando carreras, y uno de ellos rebasó al que circulaba al lado del centro, rebase que hizo por el lado DERECHO pegado a la guarnición, lo que hizo que chocara contra nuestra unidad y nos estrellara contra de un poste que se ubicaba en la esquina de la calle de Arista. Prensados contra el poste quedó nuestro vehículo, y prensada contra la puerta del carro quedó mi esposa, atrás, mis dos hijos trataban de quitarse los vidrios que les rasgaron sus cuerpos, vino una ambulancia de la Cruz Roja, los lamentos de dolor de mi esposa me dijeron que debía ir con ellos para ver por salud y así lo hice, no huí del lugar, fui con mi familia para ver por su bienestar.

Luego supe que, un perito, (ya fallecido), quien se decía “·mi amigo”, aducía un abandono de unidad, cuando el mismo me había instado ha subir a la unidad de la ambulancia para ver por la salud de mi familia, ese mismo perito se robo un llavero de plata donde estaban las llaves de mi auto. ¡Que bueno que fui con mi familia!, de bo haberlo hecho así mis esposa habría muerto por la falta de lo que en una dependencia de urgencias deben de tener, al darme cuenta que ahí no contaban ni siquiera con alcohol ni vendas, saque a mi familia para llevarlos al Hospital Militar, gracias a ello mis esposa aún vive y mis hijos sanaron de sus heridas, si los dejo en la Cruz Roja al día de hoy sería viudo, mi esposa tenía un pulmón interesado por las costillas rotas, amén de múltiples fracturas.
El General Antonio Abel Ricardez Arenas, a la sazón director del citado centro, me hizo el favor de poner los mejores médicos al cuidado de mi esposa, cosa que hasta la fecha le vivo agradecido. Pero el asunto pasó al ministerio público del fuero común, y ¿Quién cree usted que estaba al cargo?, ¡exacto!, adivinó.

Mario Delfín Cazarín fungía como titular de esa dependencia “impartidora” de la Justicia, el sujeto nos conocía, sabía de nuestra labro en los medios, pero ello y la carabina de Ambrosio para ese “honesto” impartidor de justicia carecía de el mínimo de valor, con quien éste servidor había tenido la desgracia de sufrir ese impacto en su vehículo era ni más ni menos que un armatoste de los señores y amos de las calles de Veracruz, con la mafia del pulpo camionero, y sabido era que los amos de las calles les pagaban una cuota a los impartidotes de justicia en forma mensual por hacer los arreglos para que esa justicia siempre quedara a su favor, dejando en la indefensión a quienes tuvieran la suerte de ser parte de alguna colisión con sus ataúdes rodantes.

Por parte del difunto dizque perito de tránsito, argumentaba en su informe que el conductor del vehículo ford mustang venía en estado de embriaguez, cuando sabía por conocerme que éste servidor no toma un copa ni en noche buena ni en año nuevo, pero el asunto es que, tanto el uno como el otro se confabularon para hacer su dictamen a favor de los camioneros, aún y cuando por mi parte le presente a más de tres testigos que en mi presencia aseguraban el haber visto al camionero rebasar por el lado derecho al otro camión y pasarse la luz roja de ese semáforo. El “honesto y cumplidor de la ley “ Mario Delfín hizo que mis dos hijos comparecieran las veces que quiso (más de tres), para que, mañosamente tratar de hacerles caer en contradicciones, sin embargo, pese a su corta edad y los golpes aún causándoles dolor, el “honrado” ministerio público no logró que mis hijos tuvieran variación alguna con su primer declaración.

Tuve que esperar a que el gobierno del Chiriyunato terminara para poder, tratar de recuperar cuando menos el valor de mi unidad, siendo ayudado para ello por el licenciado Sergio Vaca, quien hizo que el propietario del camión, un mafioso de nombre Antonio macgluf gonzález (con minúsculas), llorando cual mujer que va ha parir argumentando que estaba en la ruina me pagara casi con centavos, pero como le dije en su momento al camionero, cuando me despedí del sujeto que en ese entonces fingía ser ministerio público y que responde la nombre de Mario delfín, mañana o pasado pero me habrán de pagar, al mismo tiempo con seguridad que ese innoble agente del ministerio público que hoy dizque vela en aras del bienestar de los periodistas lo recuerda muy bien, le dije de viva voz lo que hoy repito, Mario, el sexenio chiriyunista habrá de terminar, pero mi pluma queda a tu servicio cuando más la necesites.

Guardo todo el expediente, no invento nada, hago hoy la historia porque todos los actos del señor gobernador han sido aciertos, salvo, como debe de suceder, sus honrosas excepciones que confirman la regla, como el caso de haber dado al sujeto en cuestión la encomienda de velar por los intereses de los medios de comunicación, éste debe de ser el error que confirma la naturaleza humana que todo ser debe de llevar. Hasta de borracho me tildaron los justicieros.
¿De la recuperación de daños?, solo logramos obtener lo del carro, los miles de pesos que gastamos en la salud de mi esposa y de mis hijos nunca pude volver ha ver nada solamente la dicha de verles sanos y salvos, mi esposa pasó en ese Hospital Militar del puerto de Veracruz más de QUINCE DÍAS, amén de más de tres meses en cama ya en casa. Yo si puede decir con pruebas que el licenciado que hoy ocupa la cartera de la defensa de los medios de comunicación es de lo más “honrado, honesto y fiel cumplidor de la LEY”, lo sostengo y él sabe que no miento. Mientras usted analiza éste espacio recuerde nuestros correos para lo que podamos servirles: loyocruceropolitoco@yahoo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com