José Luis Loyo Ochoa
Enero 06/06


¿Mal servidor pagará también?
Ciudadano y servidor iguales



Veracruz, Ver. “SER MAL CIUDADANO CUESTA”, es el nuevo lema del municipio boqueño, sin embargo, a éste nuevo lema de las autoridades del municipio de Boca del Río debería agregársele el otro lado de la moneda, en donde las autoridades municipales se responsabilicen con sus ciudadanía de todo aquello que afecta en forma directa a quienes viven en ese municipio.

Es bueno el tratar de hacer conciencia entre la población para poder lograr hacer de una ciudad con las características de Boca del Río, quien cuenta con todo para hacer de ella un emporio turístico, el ejemplo de limpieza y urbanidad que se requiere en éste tipo de ciudades, sin embargo al pueblo no se le puede ordenar con el garrote en una mano y el látigo en la otra, al alcalde se le olvida que esos días de la Santa Inquisición han quedado solamente en los libros de historia, y lo más importante es que esa historia no deja ningún buen sabor de boca en su lectura.

En los tiempos de Santa Inquisición cualquier individuo podía arteramente acusar a quien le viniera en gana de cualquier acción que estuviera tipificado como ofensa o amenaza a la religión imperante en esa época ( y aún a la fecha), motivando que el acusado o señalado fuera víctima de las acciones más viles y arbitrarias por parte de esos clérigos erigidos en jueces y fiscales de las vidas de todos y cada uno de los habitantes de esa nueva España, sometiendo a cualquiera a las más cruentas torturas en aras de una religión intransigente y autoritaria. Cualquier mal intencionado podía deshacer con el solo señalamiento la vida de aquel que tuviera desavenencias con el acusador, y al igual que hoy, la grey católica era autónoma en el ejercicio de enjuiciar al señalado.

HOY, siglo XXI del tercer milenio un alcalde, por añadidura de extracción panista, quiere resucitar una negra etapa de la historia de ese México de tristes y lamentables recuerdos, época en la que casi toda la raza de autóctonos (que no indios) fuera exterminada en aras de una religión que llegó con la conquista, misma que fue acompañada por todo lo peor que en el País conquistador podía existir.

Al pueblo se le educa con el ejemplo, y a la fecha, el ejemplo que ese pueblo ha recibido por parte de esos gobernantes municipales es todo lo contrario a una auténtica limpieza, ese pueblo ha podido constatar que, esos que han llegado conquistando las administraciones municipales vienen sin más fortuna que una auténtica ambición de enriquecimiento. Prueba de ello está en los que recién han dejado la administración, personas que les vieron llegar cual ciudadanos comunes y ahora son desde rancheros con tierra y ganado hasta magnates de la construcción, pero eso si, desgañitándose con el discurso de que ellos son “puros, honestos y honrados”, cuando repetimos, el pueblo constata todo lo contrario, entre éstos que han legado enarbolando es bandera de blancura les hemos visto salir de pobres en una solo ejercicio, recordemos que los dichos tiene su razón de existir, y ese que reza que el amor y el dinero nos se pueden ocultar se aplica en todos y cada uno de ellos.

Incluso el querer brindar puestos de lujo a los que salieron es insultante para el pueblo que aún tiene en sus mentes los descaros que contra ellos cometieron. Y si a eso aunamos que quienes irán como inspectores para el cumplimiento de las nuevas disposiciones nadie puede garantizar su probidad, el asunto se torna más que preocupante para la ciudadanía, la cual habrá de quedar al desamparo para llenar las ambiciones (y los bolsillos) de unos cuantos “dizque servidores públicos”.
QUE AHORA BIEN, si el alcalde quiere hacer un municipio espejo de limpieza, debería de agregar la otra cara de la moneda al nuevo reglamento, es decir, para la hierba la contra hierba.

CUANDO un ciudadano sufra desperfectos en su vehículo causados por esas calles deterioradas que están llenas de baches, y algunos de esos baches más parecen cráteres que simples hoyos explicarles que, como ciudadanos afectados el pésimo servicio que el municipio le brinda a la ciudadanía, tiene todo el derecho de exigir al ayuntamiento el correspondiente pago de las reparaciones del vehículo afectado por esos baches, incluso cuando quien sufre una avería de tránsito motivada por el estado de baches de las calles, salga herido, que el municipio se haga cargo de las curaciones y, en su caso, de la hospitalización que amerite el afectado.

CUANDO TANTO policías como agentes de tránsito incurran en actos de extorsión (diarios) contra la ciudadanía, que la municipalidad se comprometa a escuchar al afectado y sancione como se debe al corrupto representante de la ley y el orden que cometa el ilícito.

CUANDO el agua deje de fluir a los hogares de la ciudadanía, el pago de ésta será con el descuento correspondiente, sin alterar los recibos ha favor del ayuntamiento.

CUANDO una colonia se vea afectada por la oscuridad imperante causada por las luminarias que en la mayoría de esas colonias están fundidas. Y así podríamos seguir sumando “artículos” dignos para ser tomados en cuenta en la cuenta regresiva a un ayuntamiento autoritario e inquisitorio como es el de Boca del Río, solo nos resta esperar que el porteño trate de emular en este tipo de acciones, quizá no tarde mucho. Mientras recuerde que nuestros electrónicos están para tratar de servirle: