¿Enemigos en casa?
¿Campañas de traiciones?

José Luís Loyo Ochoa
Abril 09/10


QUIEN MUERDE LA MANO QUE LE DA DE COMER PIERDE TODO EL VALOR QUE UN SER HUMANO PUEDA TENER. J. L. L. O. 09/04/10

Veracruz, Ver. MX. El pasado Miércoles siete del presente Abril salimos gustosos a esa bella Capital Estatal que tenemos la fortuna de tener los veracruzanos, Jalapa, que fuera considerada como LA ATENAS veracruzana, y fuimos prestos a repartir su revista, con la única finalidad de dar a conocer todo aquel que nos hace el favor de prestarnos unos minutos de su valioso tiempo, cual es la realidad que impera entre quienes dicen querer sacrificarse por el pueblo veracruzano.

Cumplimos nuestro cometido en todos los centros del oficio político, dejando de último el Palacio de Gobierno Estatal, y al final del recorrido bajamos, por vez primera en ésta administración, a la dirección de prensa para saludar a la nueva directora y amiga de su servidor desde algunos años, en la puerta de acceso nos encontramos con tres empleados de la citada dirección, uno de ellos creo se llama Edwin, otro delgado y uno que creo es posible se haya escapado de las granjas El Girasol, pero en fin, amablemente saludos sin distingos a los tres empleados y gustoso les entregamos un ejemplar a cada uno, ellos no sabían que otra persona venía con éste servidor, el cual quedó afuera mientras yo pasaba a brindarle el saludo a nuestra buena amiga y flamante directora de la oficina encarga de cuidar y difundir la imagen del señor Gobernador.

Después de saludar a la directora de prensa procedimos e salir del edificio de Gobierno ya que esa oficina era el último lugar donde, repetimos, por primera vez acudíamos con la finalidad saludar a la amiga y entregarle en propia mano nuestro ejemplar, ya fuera de ese recinto y lejos de él, me comenta mi sobrino, que es quien me acompañaba, que del grupo de los tres parados en la puerta a los que había entregado mi revista, el prófugo de las granjas Girasol, de una manazo le había tirado al suelo el ejemplar al mas joven, y el que yo le había obsequiado al cuinito lo había tirado en un bote de basura junto a ellos, ello por haber visto la portada haciendo alusión a los buitres azules que ansían venir de amos y señores a nuestra entidad.

Sin lugar a dudas, ese cuinito (o cominote) debe de ser de esos que tanto abundan, quien muerde la mano que le da de comer, y sin lugar dudas debe de haberse sentido ofendido al identificar en esa portada a alguno de los amos a los que debe de servir extra muros de ese Palacio en donde le dan de comer a él y a su familia, crea usted que esa acción ni nos sorprende y tampoco nos importa, pero vino a nuestra memoria que, desde empezar los tiempos de movimientos previos a los cambios de juegos políticos vemos con cierta regularidad aparecer en nuestros correos un panfleto que se hace llamar: “La oreja del Palacio”, y si observamos que es precisamente en una sala de prensa en donde se vienen dando y ventilando todos los aconteceres de esos muros, caemos en la conclusión que el prófugo de las granjas Girasol debe de ser parte o director de ese panfleto que injuria la labor de un gobierno desde adentro de su casa misma, Esa conclusión tenemos porque la portada fue lo que, la parecer fue la molestia del cuino traidor.
Gente como esa se da en todos los ámbitos, de ello no se debe uno de espantar, pero es el caso que, en lo tocante al cuinito, todavía come de donde estaba, y su acción solo nos demuestra lo proclive que es la traición, que es como esos canes que muerden la mano que les da de comer, y si no exponemos esa acción tal y como es y sucedió, seríamos de la misma perversidad que el desleal sujeto. Seguro que no debe de ser nada difícil lograr saber con esas señas de quien se trata, y con solo vigilarle tantito se podrán comprobar a satisfacción si forma parte de los creadores de la tristemente famosa Oreja del Palacio o quizá la misma oreja sea ese mismo cuino, con solo preguntarle al conocido por Edwin se sabrá quien es personaje central de éste espacio.

Aunque claro, como ese debe de haber más a éstos momentos de finalidad, no fidelidad para esos que, repetimos, se caracterizan por morder la mano que les da de comer, pero por algún lado de de empezar a depurar un centro que es casa de todos los veracruzanos.

Aquí mismo, en nuestro terruño vemos y comprobamos cuantos judas brotan por todos los rincones, ello no nos espanta, pero que estén en la misma mesa de quien les brinda la comida en el plato ya es diferente, no se vale, y si usted sabe de algunos otros Judas por favor recuerde nuestros correos electrónicos desde donde con todo gusto lo haremos saber: loyocruceropolitico@yahoo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com para que, los canes no le vayan ha morder la mano cuando usted más mansitos los crea. Gracias.