¿11 defraudaron a miles?
De La Torre nos dio en la IDEM

José Luís Loyo Ochoa
Abril 28/08


Veracruz, Ver. MX. Por fin se acabó la pesadilla, el partido se perdió tal y como se sabía se habría de terminar, no hubo brujo ni santo que pudiera hacer el milagro, el tinglado del que vino al Estado de Veracruz para llevarse los pesotes y vernos los ojos de chinos surtió todo el efecto que fraguó, nada fue nuevo y si en cambio el resultado fue el que con anterioridad ya habíamos expresado en éste mismo espacio.

ACLARANDO amanece, no somos eruditos en materia del deporte de las patadas, pero ni por asomo alguien que sea observador de todo podría haberse equivocado mirando como se las gasta ese señor que no solamente nos vio, sino que también nos puso los ojos de chinos a todos los veracruzanos, incluido al mismo señor Gobernador que tuvo el mal tino de creer en ese tipo, repito, lo expusimos en tiempo y forma, nada puede importarle a quien no sufre la camiseta y menos aún la siente lo que pueda pasar con un equipo que ni le cuesta y nada que haya en él le atañe, y es ese el caso del tipejo De la Torre, empezando por cambiar esos juegos del día Sábado al Viernes, ello para irse a su Estado los Sábados y estar presente con los juegos de su equipo, ese si le importa ya que s de su propiedad. ¿Los Tiburones? Que se amuelen, que se pierdan, total a él no le cuestan un centavo y nada tiene que perder.

Pero si mucho que llevarse a los bolsillos, billetes que son de los veracruzanos que aman de corazón a su equipo, recordemos a los antiguos romanos, su forma de tener contentos a esos pueblos era mediante la distracción y arrojándoles las hogazas de pan. Su forma de hacer la política era que había que darle “al pueblo pan y circo”, de esa forma ellos tenían el control de la población civil y nadie se daba tiempo de reclamarles su mal gobierno o los abusos en contra de la ciudadanía, ese proceder era sabio, un pueblo ocupado es un pueblo tranquilo.

Pero a Veracruz llegó un ilusionista, un predigistador que supo vender castillos en el aire en aras de defraudar a una afición que, sin lugar a dudas es la más fiel y firme de todo el País, ese individuo sin calificativo supo vender ilusiones, pero como todo charlatán e igual a esas ratas de barcos, abandona éste (el barco) al ver el pantoque, al mirar que ese barco se hunde en los mares de la desesperación, dejando a miles, quizá cientos de miles de aficionados al garete, sumidos en una pena que les arranca el corazón a tiras.

El mirar a esos infantes con lágrimas en los ojos cuando ven el resultado es motivo de ira y de odio hacia una persona como ese individuo de la torre, con minúsculas porque estamos a la segura de que es un producto de probeta, no merece un mejor calificativo alguien que les destrozó una ilusión tan grande a miles de jóvenes que su única distracción es asistir a mirar jugar a su equipo, ¡su equipo!, sin embargo desde ese señor fuereño hasta el último de todos esos que formaron la onceava del deshonra no merecen el sufrir de esa juventud que ayer le lloraron a la partida de su ilusión deportiva. Si, los tiempos fueran otros seguro que tanto al tipejo a la torre como a los once defraudadores que salían de bailarinas al empastado todos los aficionados los habrían paseado en burro emplumándolos con brea.
Creemos comprender el sentir del gobernador, creemos saber como se siente hoy que mira a un pueblo caído en el desánimo, en la desesperanza por mirar que un fuereño fue capaz de jugar con los sentimientos, primero de las juventudes veracruzanas y después con los miles de adulto que asistían llevando a sus hijos para aplaudir juntos las acciones en el campo del que creía era su equipo pero que en la realidad se lo apropio ese innoble sujeto que vino ha ponernos los ojos oblicuos a los veracruzanos.

Pero si ya el hecho de perder a su equipo es motivo de desconsolación, ¿Qué decir de todos esos miles de empleos que se pierden con se descenso?, tanto los directos como indirectos y todo ese universo que gira al derredor del juego. En verdad que el daño es grande y grave.

Nos traen jugadores que en sus lugares no los recogen ni como aguadores, ni de levantador de bolas quieren a esos que nos venden cual vedets de los mejores centros teiboleros que se tengan en Las Vegas, negocio redondo para ese sujeto que, repetimos, nos puso los ojos de chinos a todos los veracruzanos, con toda seguridad si se investiga a fondo debe de tener un parentesco consanguíneo con el tal herrerías, si físicamente no se parecen en su interior son más que gemelos, ambos son escoria y estiércol que medran con las ilusiones de la juventud y de todo aquel que cae en sus promesas.

Ahora, ya dado el palo, debería de ejercer una investigación a fondo para saber y fincar ese fraude que con toda seguridad cometía con la compra de esos jugadores de última categoría que traía al equipo como si fueran las mejores estrellas del mundo.

No podemos ni debemos culpar al Gobernador, quien le infringió el engaño es quien debe y tiene que pagar el daño causado y, como veracruzanos debemos de pugnar por lograr que la autoridad competente le fique las responsabilidades respectivas alñ tipejo y, junto con aquel que se aposenta en el Estado de Pueblo paguen al pueblo de Veracruz todo el daño que han causado, y en cuanto hace a esos jugadores de pacotilla deben de largarse a sus tierras para jamás volver ha poner un pie en nuestras tierras.

El próximo equipo que esté en la segunda debe de componerse con jugadores veracruzanos que en verdad amen su camiseta, sobran jóvenes que saben jugar mejor que cualquiera del extranjero que nos endilgan como estrellas del balón, aquí tenemos auténticos jugadores del balón que si saben lo que es el amor por su equipo, Veracruz no tiene porque andar con los extranjeros perniciosos y dipsómanos que son los que nos traen como luminarias.

Ojala que ahora se le de la oportunidad a la juventud veracruzana y dejemos de aplaudir esa paja extranjera que nos llena oprobio y vergüenza en la cancha, y para cualquier aclaración o mentada por éste artículo de hoy nuestros correos están a su disposición con todo gusto: loyocruceropolitico@yahoo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com