¿Patria y peje locura?
¿El Estado de derecho?




José Luís Loyo Ochoa
Septiembre 01/06



Veracruz, Ver. Mx. Entramos ya al mes Patrio, Septiembre, un mes en el cual el mexicano celebra su emancipación (el inicio) del yugo español, unas fiestas que por años se han llevado ha efecto en todo el País con la tranquilidad que brinda el ser una Nación que vive en la paz social y, sobre todo, gubernamental que se requiere para el buen vivir de sus ciudadanos. Sin embargo….

Antaño, en cualquier hogar de México, cuando el jefe de la casa (léase padre) y en ocasiones la madre, le dirigía a los hijos una sola mirada, significaba que los comportamientos no estaban acorde a la situación, bastaba la sola mirada para comprender que, quienes estábamos saliéndonos del círculo de los permisible le corrigiéramos el rumbo a nuestra actuación en ese ámbito familiar, no había un sola palabra y menos una amenaza, la sola mirada era entendida y acatada por quienes vivíamos en el seno familiar para saber que algo no estaba haciéndose como debía. No era miedo, existía respeto a la autoridad de los padres y había amor a ellos, ¡que tiempos señor Don José!

¿Recuerda usted a los policías, los choferes de autobuses urbanos, de taxis?.

Eran personas de respeto, gente en la cual la ciudadanía confiaba sin cortapisas y éstos, respondían a esa confianza, en los actos cívicos existía respeto, no solo a los actos sino a todos los asistentes, las investiduras, fueran desde el sencillo policía hasta el alcalde y ediles representaban al pueblo, y con ese simbolismo y las enseñanzas paternas el respeto se hacía presenta en todos los actos. No era a las personas, era hacia la investidura que ostentaban y que significaba a todo el pueblo lo que se respetaba, no existía nadie que se expresara, al menos ante algún público, mal de alguien que tuviera un cargo popular, ni que decir faltarle el respeto a un Presidente de México, pobre de aquel joven que osara algo así y fuera escuchado por alguien de edad adulta.

Usted, a éstas alturas habrá de decir que, que caramba le importa recordar los tiempos que ya se fueron, pero el caso es que hoy, ante la proximidad de esas fiestas patrias que supuestamente son la unidad de todo el pueblo mexicano les podemos decir que existe preocupación, y que, precisamente tal preocupación e inquietud la viene brindando una persona que, supuestamente, anduvo jurando que su interés primordial está en la PATRIA, que a él lo único que le mueve es el bienestar de todos los mexicanos, sin embargo, las acciones que viene dando y desarrollando demuestran todo lo contrario, ese señor ahora está incitando al pueblo a una violencia que, en su cinismo quiere disfrazar con el nombre lucha “pacífica” de resistencia civil, ¡por favor!, no existe paz en ninguna lucha.
Las investiduras son, aunque no queramos reconocerlo, la representatividad del pueblo, y agredir a quien tiene un cargo público no es agredir al sujeto sino al pueblo que ese sujeto representa, es decir, la agresión es a toda la ciudadanía.

El ex candidato del partido de la revolución democrática ha demostrado con las acciones que viene desarrollando que nunca estuvo preparado para ejercer ese poder que hoy tanto vocifera le fue robado, él solamente viene demostrando las vergüenzas de una ambición frenada por la misma ciudadanía, que si bien fuera cierto que hubo acciones fraudulentas en los comicios no fueron solamente por un partido, fueron dadas por todos los partidos y, en ellas ganaron los que más billetes le empujaron a sus candidatos, así de sencillo, sin vuelta de hoja, luego entonces si ahora se queja debería de hacerlo en contra de sus grupos que, los billetes que ls fueron entregados para asegurar el triunfo mejor se los quedaron ellos para su beneficio personal, los otros, los que ganaron, repartieron todos y cada uno de los pesos que se usan en la compra del voto para asegurarse que fuera su candidato el ganador, sabidos de que al final todos esos pesos serían más que resarcidos con los cotos de poder que les habrán de tocar.

¿El pueblo?, ese seguirá siempre siguiendo la comparsa que ahora en México se llamará DEMOCRACIA, el pueblo, mientras no nos quiten el mendrugo familiar y el propio no habremos de hacer nada, es la costumbre y las costumbres se dan como leyes no escritas pero que todos seguimos fielmente en beneficio de todo y de todos. No existe ya forma alguna en que ese que hoy hasta el juicio ha ido dejando, pueda imponerse y ponerse la banda presidencial.

Que ahora bien, la ausencia de quehacer político de quien es presidente y de quienes forman su gabinete han permitido que ellos, los opositores hagan esos estropicios y daños que tanto vienen perjudicando al País, eso, es otra cosa, sin embargo, el abusar de una paciencia es actuar peor que quienes no quieren dar el asentamiento del estado de derecho al que todos obligados ha respetar.

La celebración de las fiestas Patrias y, por añadidura el informe presidencial, les obliga a quienes supuestamente son parte de la clase política de México, ha ser y comportarse como ejemplo de civilidad, y si lejos de ello su comportamiento y actitud son en el deterioro hacia esos valores, lo único que demuestran es total ausencia de capacidad de gobernantes, si los que hoy son gobierno jugaron mal y con trampas, ellos deberían de usar otros recursos para patentizar los hechos y no hacerlo en la forma de bárbaros que viene haciéndolo. El Distrito Federal y Oaxaca, capital del Estado que lleva ese nombre, son clara muestra de la falta de carácter que debe de tener un gobierno que quiera ser eficaz y auténtico protector de la ciudadanía en general.

Por lo pronto, la proximidad de nuestras fiestas patrias y el día de hoy el último informe presidencial son situaciones que mantienen la expectación en el pueblo y, sobre todo, la intranquilidad, y ello no debe de ocurrir, o al menos no debe de ser permitido, encima de cualquier costo político debe de hacerse prevalecer el estado de derecho. Mientras sucede lo que esperamos no suceda recuerde: loyocruceropolitico@yahoo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com