¿Periodistas en indefensión?
¿Quien es más delincuente?

José Luis Loyo Ochoa
Febrero 17/06




Veracruz, Ver. Lidia Cacho es hoy el espejo del ayer y el reflejo del futuro, amén de ser un ejemplo del presente que diariamente vivimos todos los comunicadores en éste País que le conocemos como México, aquí, la clase política se eriza de píes a cabeza cuando un medio de comunicación (léase periodista) le exponemos a la opinión pública sus latrocinios, ahí le picamos hasta la médula del hueso, y quienes lo hacemos recibimos los peores epítetos de calificativos, pero ellos, los políticos, resultan más inmaculados que la divina providencia.

La felicidad del político sería un País donde no hubiera medios de comunicación, para ellos poder hacer y deshacer a su arbitrio y antojo todo lo que les venga en gana sin temer ser exhibidos en sus actos de bandolerismo, sin embargo, como no es así el desarrollo de esta sociedad nuestra, al verse descubiertos se llaman a ofendidos e inmediatamente pugnan a una ley que ellos son los primeros en pisotear y enlodar hasta la saciedad. Que ahora bien existe algo que no podemos negar, y es que la corrupción se da en todos los niveles, entre los políticos y entre nosotros medios de comunicadores, ellos, comprando el silencio y los medios aceptando el soborno para callar esos actos de corrupción.

De todo hay en los viñeros, desde uvas frescas y apetitosas hasta pasitas secadas por ese candente sol del verano, pero para que haya esos arreglos debe de haber la corrupción de un lado, y ese lado siempre es el del político. Pruebas palpables las tenemos cada cambio de poderes, donde muchos de los contendientes se dan a la tarea de comprar los votos en sumas de billetes y despensas, amén de uno que otro artículo, y cuando son descubiertos, o bien compran o tratan de comprar a quien o quienes les hayan descubierto, y cuando el descubridor acepta al embute ha cambio del silencio es cuando se cierra el circulo de esas artes llamadas corrupción, pero la hierba sigue creciendo, y esas mismas formas corruptas las vemos cuando son descubierto embolsándose los billetes del erario público, formando el rosario de una corrupción que muchos dicen se patenta en México.

En la mayoría de los políticos, los medios de comunicación formamos una horda de sujetos indeseables, a los cuales tienen la necesidad de soportar y, sobre todo, callar cuando se le descubre su corrupción, lamentablemente muchos de los compañeros de la pluma aceptan y se hace cómplices de esta elite corruptiva, y si ahondamos en el asunto veremos que del modo que usted le quiera poner, el asunto no tiene vuelta, el político roba y da una ínfima parte al comunicador como pago por su silencio, parte que ese comunicador acepta por la sencilla razón de que, el salario de ese comunicador por regla general no alcanza ni para un desayuno de fonda de última categoría, con ello o no, el círculo de la corrupción se da y es una verdad palpable y sustentada que a nadie extraña y menos aún discute, por ello los medios, para muchos políticos formamos esa horda de indeseables, bien que porque el periodista les acepte sus embutes o bien porque se niegue a ello y les exponga y publique sus viles y descarados robos.
Para formar una cadena forzosamente se requieren de eslabones, así las cosas, la cadena corruptiva de éste México nuestro y de cualquier parte del mundo se forma con políticos y medios de comunicación accesibles a los embutes de esos políticos.

Cuando el político va en campaña todos los comunicadores somos hasta sus hermanos, les hacemos falta en esos momentos y se sientan en cualquier mesa invitando desayunos con el afán de ser vistos en compañía de esos comunicadores, eso, repetimos, cuando están a la caza del sufragio, es en esos días cuando el medio de comunicación más afamado de la localidad goza de todo el aprecio del candidato. Ya subió al pedestal, ahora las cosas irán de distinta manera, sobre todo si ese medio de comunicación tiene la necesidad de buscar el apoyo económico de ese nuevo jefazo en que se transformó aquel candidato.

USTED se preguntará, ¿a que viene todo esto?, sencillamente al caso Lidia Cacho y al rey de la mezclilla, donde entra en escena el Gobernador del Estado de Puebla y pasa formar parte del elenco principal de actores, comprobándose que, todo lo antes escrito tiene una muy buena razón de haberse asentado. Las charlas escuchadas en esos grabaciones no se pueden soslayar, los epítetos y tonos despectivos que, según la grabación usa Mario Marín quien es el Gobernador de Puebla, en modo alguno se pueden negar, ahora ya es el señor Gobernador y por lo tanto no necesita del apoyo de los medios de comunicadores, por lo que descubre cual su verdadero sentir por éste gremio nuestro, aunque en público siga en la hipocresía propia de la clase política.

Pero todo ello no es sino la forma de desunión en que todos los medios navegamos en ese submundo de la información, donde los primeros en tirarnos las piedras somos los medios contra los medios, y donde sucesos como el que el que se vive hoy con la comunicadora Lidia Cacho no logra que nos unamos en bienestar de todo el gremio, creemos que sin las excepciones que puedan haber, la gran mayoría de nosotros hemos sido agredidos, bien y en forma física o bien forma verbal, y las más de las veces en los cobardes anónimos.
Las pasadas campañas en éste nuestro estado de Veracruz, muchos somos los que fuimos objetos de agresiones, amenazas y anónimos, a quien esto les escribe hasta el medidor de la luz de la casa me fue balaceado, no somos ni pecamos de valientes, solo que la brega y el quehacer cotidiano nos ha enseñado que, perro que ladra no muerde, por ello quizá ese tipo de acciones no nos alejan de nuestra cotidiana labor, pero repetimos, las cercas en la protección hacia nosotros mismos las hemos tejido todos los medios, cada quien jala para el lugar que mejor le acomode y nada le preocupa la seguridad del compañero, y mientras las cosas sigan así habremos de seguir mirando como se cometen arbitrariedades en todos y cada de nosotros mismos sin que tengamos un frente sólido que pueda darnos respaldo y seguridad en el desempeño de nuestra labor informativa. Mientras nos podamos unir les recordamos nuestros correos electrónicos desde donde trataremos de servirle con gusto: loyocruceropolitico@yahooo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com