Grapas, cuántas grapitas?
¿Guerra al narcotráfico?

Por José Luís Loyo Ochoa

CUANDO EL OBJETIVO DEL POLÍTICO SON LOS REFLECTORES LA MALDAD CIRCULA LIBRE COMO EL AIRE SIN QUE ELLOS LA VEAN    
 J. L. L. O. 16/05/11


Veracruz, Ver. MX. Trofeos, diplomas y reconocimientos internacionales le están brindando al ejecutivo nacional, ello, por su “gran guerra” en contra de las mafias y del narcotráfico en todo el País, ¡Bravo!, muy bien por el señor y además merecidos todos los reconocimientos, al fin y al cabo, los templetes son puestos para recibir loas y aplausos, ¿los muertos?, muertos están y ninguno de ellos podrá exponer una réplica a tanto jolgorio como el que le brindan al señor de la banda presidencial, ¿los familiares de los muertos civiles que han caído por las balas que no se sabe de qué armas salen, si de los buenos o de  los malos?, total, esos no asisten a la fiesta en donde se brindan los aplausos y se quema el incienso.

¿Se está combatiendo el narcotráfico? ¡Claro que se está combatiendo!, se decomisan cientos de kilos de drogas en polvo, toneladas de droga en hierba, y todas esas drogas confiscadas no salen a las calles para dañar a nuestros hijos, al menos ese tipo de peroratas son las que oímos en todos los medios ensalzando la imagen presidencial.

¡Pero!, aquí viene el infaltable pero de siempre, no sabemos cómo es que, si confiscan miles y toneladas de drogas en sus distintas modalidades, en las calles de nuestras ciudades veamos a muchos jóvenes vendiendo sus sobrecitos de polvos como si estuvieran vendiendo pepitas o cacahuates, lo mismo expenden polvos que carrujos de marihuana sin que nadie les diga que no se puede hacer, al menos no tan a lo descarado como al día de hoy lo vienen haciendo.

La avenida Guerrero y el cruce con la calle Canal en el puerto de Veracruz, la nomenclatura nos dice que es la zona centro y el código postal tiene como número el 91700, en la calle Canal y casi la esquina con la avenida Guerrero se encuentra un juzgado donde, supuestamente están los señores de la ley, y ahí, precisamente en esa esquina podemos ver a jóvenes vendiendo su grapita de polvo a cualquier hora, no es necesario que caiga la noche, puede usted comprarles sus grapitas en la mañana, al medio día o en la tarde, y también resulta común el que alguno de esos jóvenes le pidan, eso sí, con mucha educación un cerillo, ello para poder encender su carrujo de mota, así, sin pena ni aspaviento, como quien prende un cigarro de marca.

En los cruces de los puentes donde pasan los trenes también es común este tipo de comercio ambulante ejercido, en su mayoría, por jóvenes. Y qué decir de los roba cadenas, para no irnos más lejos, el pasado viernes trece del presente mes llegando a la casa de ustedes, un tipo que ya no se mira tan joven, con pantalón corto tipo short, tenis y playera, se mete al callejón para sacar de sus bolsas cadenas y otras prendas de oro, al vernos, sin ninguna pena nos ofrece las prendas, nos dice que las vende baratas, el nos dice; baras mi hermano. Si venía de la zona de los mercados, de donde cree usted que extrajo esas prendas de oro?, seguramente de alguna pobre mujer que no pudo defenderse de su ataque, al responderle que no teníamos dinero se alejó rumbo a las colonias, de donde seguramente es, ¿la hora?, serían como la una y media del día, el tipo ya venía de “trabajar la plaza” e iba cargado con sus ganancias.

No inventamos el hilo negro, menos estamos descubriendo el petróleo, son situaciones que las hemos vivido en los últimos días, días en los que las altas autoridades andan recibiendo todo tipo de condecoraciones, diplomas y reconocimiento por sus logros en contra de tanta maldad como se da en todo el País. Por favor, unámonos a los aplausos.
En realidad que sucede?, será que los que estamos mal somos nosotros los de la pluma?, o es que el juego es otro muy distinto al que creemos juegan los políticos?, la mera verdad que ya nos sabemos qué carajo sucede, gentuza que anda robando en los mercados a señoras sin que ninguna autoridad se percate de ellos, jóvenes que a plena luz del día expenden polvos y sus carrujos de mota incluso a pasos de juzgados.

Y ni que decir de las casetas de los teléfonos públicos, esos que en la época actual casi nadie usa pero que, sin embargo ahora es común que los veamos ocupados por jovencitos, cualquier ciudadano que pasa por esos aparatos de la prehistoria piensa que esos jóvenes hacen llamada a sus casas para informar a sus padres donde están, pero si usted amable lector se detiene un poco podrá observar que esos jovencitos usan esas casetas para preparar sus bolistas con sus grapas, así, aunque usted no lo crea, para eso usan ahora esas casetas de teléfonos públicos los famosos expendedores de cocaína  y carrujos de marihuana.

Seguramente dirán los políticos que estamos inventando cosas, sin embargo exponemos hechos que hemos visto en los días actuales, hechos que nadie nos los han contado.

Es entonces cuando nos preguntamos con dolor en el corazón, y los miles de muertos de que han servido?, los lutos en los hogares de quienes nada tienen que ver con ésta guerra maldita de que han servido, todo ese dolor que hoy, millares de familias en todo México guardan con toda la rabia del mundo para qué sirve?.

¿Cuánto jóvenes egresan de las facultades, de los centros educativos para el trabajo si, cuando salen de esas aulas, orgullos con sus títulos o diplomas en mano ninguno de ellos encuentra el más pinchurriento trabajo, es más, ni siquiera logran conseguir lo que gastan en  camiones que tienen que usar para ir en busca de empleo.

Y así, las historias se multiplican a todo lo largo y ancho del País, y desgraciadamente es como esos jóvenes caen en las garras de esos malditos explotadores de la juventud hambrienta y más que nada necesitada, de ahí sigue el camino, viene sus adicciones a los que empiezan con su venta y lo demás, es el rosario de la desgracias de sus vidas y la de sus familiares.

Pero el mundo entero aplaude y reconoce la labor de un presidente que combate a los malos y se juega la vida en su combate al narcotráfico, ello, mientras se descubren decenas que forman miles de fosas clandestinas donde enterraron a quienes se negaron a servirles en sus trabajos de traficantes de drogas, ese es el México actual, el México que habremos de dejarles a nuestro hijos en los años por venir. VIVA MEXICO, somos mexicanos y debemos aplaudirle al que sueña con ser el héroe de las mil batallas, y por hoy hasta aquí llegamos, ya nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos, el nuestro ya no importa, creo que hemos vivido más que lo suficiente, pero en fin, un Dios nos cuide a los nuestros, y como dice nuestro buen amigo Luís Martínez Wolf, dejaremos la fuente de crítica política para irnos a la de sociales, ahí no corremos el riesgo de que nos partan la mandarina en gajos o nos metan al fresco bote, y les recordamos nuestros correos en donde gustoso les serviremos: loyocruceropolitico@yahoo.com.mx  y gracias