Fiebritis de candidatitis
Ahora todos quieren

José Luís Loyo Ochoa
Febrero 26/10





PARA LOS POLÍTICOS PERDER LAS CAMARAS ES PERDER LA CORDURA Y QUEDARSE EN EL OSCURANTISMO. J. L. L. O. 26/02/10



Veracruz, Ver. MX. Antes que nada acepten mis tres lectores una disculpa por haberles faltado éste espacio del pasado Miércoles, pero como hemos expresado, todo lo viejo es causa de problemas, si a nosotros mismos nos llegan los males y tenemos que asistirnos con los médicos para que traten de repararnos, las máquinas con mayor razón, pero aquí estamos de nueva cuenta.Y no cabe duda que, el poder, por mínimo que sea, hace perder todo vestigio de cordura a quienes viven con y de él, de ahí que, cuando las cámaras se alejan de ellos hagan hasta los más inesperados ridículos para volver ha sentirse dentro de esos teatros que les hacen vibrar, no importa cuales sean sus cosechas, el único afán que ellos persiguen es el de seguir sintiéndose cual aquellos semidioses del olimpo.

En éste espacio no pondremos nombre alguno, serían tantos que no nos alcanzaría poner a todos, pero una cosa puede usted tener por seguro, pocos, muy pocos serían quienes se quedaran fuera, es algo así como las epidemias entre los pueblos, cuando atacan todos al unísono se contagian, hasta cierto punto podríamos comprender ésta extirpe que, cuando a probado las miles del triunfo se niegan a quedarse fuera. Los ridículos poco o nada les importan, de hecho jamás se percatan que la mayoría viven inmersos en ellos, el sentirse investidos al igual que aquellos semi dioses de les hace despreciar al vulgo sin caer en la cuenta que ellos son los contagiados, repetimos, es un contagio difícil de vacunar.

Nuestra entidad vive ahora los cambios de todos los poderes, desde diputaciones locales pasando por las doscientos doce alcaldías hasta la más ansiada, el escaño de Gobernador para el cual, sin lugar dudas, los más ambiciosos suben al escenario blandiendo espada flamígera cual “caballero” medieval a la caza de mitológicos dragones escupe fuego, los más ambiciosos no perciben el enorme ridículo que hacen ante su público con tal de irse con las OCHO COLUMNAS, y desgraciadamente muchos de los medios, ávidos de ver incrementadas sus ventas les obsequian esas ocho columnas, con lo cual esos enfermos mentales se sienten soñados, quedando en la creencia de que, la haber conseguido unas portadas periodísticas ya el pueblo les habrá de brindar su voto.

Ese tipo de gente sigue en la creencia de que el pueblo es ignorante, que el ciudadano no olvida a aquellos que ya fueron amos tiranos de horca y cuchillo y por ende querrán que de nueva cuenta vuelvan esos émulos de los nuevos dictadores latinos a calzarse botas y pulsar los látigos en contra de la ciudadanía. Como decimos en las primeras líneas, para que exponer nombres, usted amable lector sabe perfectamente a quien nos referimos con esas singulares señas, y lo mejor, usted tiene memoria, pero aunado a la memoria todos tenemos algo que se llama dignidad, y sería irrisorio creer que el pueblo quiera volver a tener al mismo tirano de ayer, creo que, ni enajenados brindaríamos el sufragio a quien sabemos cual es su auténtico carácter, y como hemos expuesto en otros espacios, quien ya se perdió del planeta una vez, a no dudar puede volver ha perderse nuevamente y nos habría de resultar peor que el otro demente de Venezuela.
Los veracruzanos somos gente de paz, pero jamás ignorantes y menos aún dejados, bajo de ningún aceptamos imposiciones que vengan del altiplano para subyugarnos y quedar de rodilla ante el amo, y esos es precisamente lo que el jefe del federalismo pretende dar al pueblo veracruzano con una imposición de es naturaleza. Existe no una, sino miles y muy bien sustentadas razones para oponernos para que el pueblo pensante se oponga al tiranismo emanado del altiplano, sin duda alguna habrá quienes, merced a la prebenda y ambición le aplaudan a quien, repetimos, ya una vez se perdió del planeta tierra y fue un connotado y muy afamado médico especialista en EL CEREBRO el que le devolvió a el planeta tierra, en verdad que al día de hoy estamos ciertos que el ese afamado doctor se debe de encontrar más que arrepentido de haber realizado esa proeza médica, pero ahora solo nos queda saber y hacer conciencia entre el ciudadano que, quien ya una vez salió a manera de astronauta del plante, en cualquier momento puede volver ha perderse en ese espacio sideral, y repitiéndose en el caso, pobre del pueblo que le tenga con poder.

Existen otro singulares personajes que, habiendo probado las mieles que dan la política se nieguen a retirase, pero crea usted que, todos esos juntos no brinda el mínimo de ese peligro que significaría el tener al referido y que, sin poner nombre, usted sabe, sin lugar a dudas quien es, como dirían las abuelas cuando pasaban por un callejón oscuro, y las leyendas decían que se aparecía al llorona; “Líbranos Señor”.

Solo tiene que poner atención el lector en las declaraciones vertidas en el regimiento de las lozas de los caracoles que acompañaron el sin nombre, cuando, parado ante los fieles del hueso y el mendrugo sale blandiendo espada y ofrendando su vida en prenda, solo el que ya perdió una vez la cordura puede hacer declaraciones de ese tipo en un acto donde se supone que promete bienestar a un pueblo, alguien con la cordura bien cimentada les hablaría de forma coherente y pacifica, léxico donde demuestre que tiene la capacidad y sentases mental para aspirar a dirigir los destinos de un pueblo en auténtico bienestar de toda la ciudadanía, pero, como decían los abuelos, para muestra solo basta un botón, y el de marras llevó toda la mercería completa, con botones, cierres y broches.

Como decimos en el cabezal de éste espacio, la “FIEBRITIS DE CANDIDATITIS está en pleno apogeo, hemos visto a quienes jamás pensamos veríamos en éstas lides y sobre todo, hemos escuchado a quienes se dicen buscados por siglas distintas a las suyas, que, olvidan ahora que gracias a las hoy repudiadas siglas están en los puestos donde se cree son servidores públicos, en fin, la olla del moles apenas está en proceso de lavado, falta que pongan todos los chiles que ese mole debe de llevar para que se condimente y tenga el sabor que un paladar conocedor y, sobre todo exigente pueda degustar con placer.

Por lo pronto debemos de esperar a que esa olla empiece su primer hervor y así saber el sabor que habrá de llevarse al paladar el ciudadano que, en última instancia será quien le pruebe y, sobre todo, apruebe el día fijado para ello, por lo que le recordamos nuestros correos: loyocruceropolitico@yahoo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com en donde a no dudar con el mejor de los gustos habremos de dr cabida a sus comentarios y, porque no, a sus inconformidades sobre nuestras exposiciones con respecto a los aspirantes del quehacer político estatal. Htas la otra y de nueve cuenta mil disculpas por la ausencia.