FIDEL Y EL RESPETO A LA LIBERTAD RELIGIOSA


Por Ezequiel Castañeda Nevárez.




No obstante que la libertad religiosa o de culto es una de las garantías constitucionales en nuestro país, pocos gobernantes han mostrado interés porque realmente se respete este precepto. Generalmente, las autoridades de los tres niveles de gobierno, prefieren mantenerse al margen para evitar salir afectados ante la sola posibilidad conflictos surgidos por diferencias religiosas.



Veracruz resulta ser, con datos comprobables, una de las entidades en donde existen mayores garantías para que los ciudadanos profesen el credo de su preferencia. El respeto por las distintas expresiones de las diferentes asociaciones religiosas es evidente en las periódicas conferencias de prensa de sus líderes religiosos, quienes se pronuncian acerca de cualquier tema sin la menor restricción, aunque muchas de sus opiniones salgan con frecuencia de su ámbito de acción como guías espirituales para incursionar francamente en el mundo de lo terrenal sin que causen estridencia alguna, ni en la sociedad ni en sus gobernantes.



La orientación a las autoridades municipales por parte del gobierno de Fidel, concretamente a los agentes municipales, que son quienes tienen el contacto inmediato con los ciudadanos, para diferenciar los asuntos de la fe, que corresponden al interior de la persona, a la moral, de los asuntos agrarios que se deciden en asambleas ejidales o comunales y de los actos de gobierno de su municipio, ha evitado muchos conflictos entre ciudadanos, principalmente de las zonas rurales, porque estos surgen a causa de los usos y costumbres en donde, en ocasiones, chocan distintas creencias religiosas. La participación de los lugareños en las fiestas patronales de su comunidad se da a través de acuerdos cuya obligatoriedad incluyen a los no creyentes, por eso resulta de la mayor importancia el ámbito de competencia de las autoridades agrarias, de las municipales y de los representantes religiosos para evitar confrontaciones y para vivir en armonía. El gobierno de Fidel Herrera, a través de la capacitación jurídica y en la atención inmediata a cualquier diferencia, viene realizando un papel ejemplar que deberían imitar en todo el país. La tolerancia religiosa es una realidad que se vive en las relaciones cercanas y cordiales del titular del Ejecutivo del estado y las diferentes denominaciones.



En días pasados, Fidel Herrera recibió en su despacho a un nutrido grupo de representantes religiosos de todo el estado, a convocatoria del Grupo interreligioso de mujeres, Asociación Civil que preside Patricia Fierro Raffta, quienes asistieron para comunicar al gobernante su deseo de participar en el Pacto para la Seguridad; su interés por formar parte de los Consejos Municipales de participación ciudadana del Consejo de Seguridad Pública y para expresarle también sus mejores deseos porque en la entidad se siga respetando el estado de derecho y se garantice la aplicación de la ley y la paz social. Asistieron al encuentro con el mandatario veracruzano representantes de los mormones, adventistas, anglicanos, Luz del Mundo, Concilio Nacional, Pentecostés Asambleas de Dios, Interdenominacional, asociaciones civiles y el Movimiento Fidelidad, que agrupa a jóvenes cristianos de diferentes iglesias cristianas.


Por lo anterior, no es extraño que en el próximo Congreso Mundial de Libertad Religiosa, que habrá de efectuarse en el mes de abril, en República Dominicana, habrá de otorgarse a Fidel Herrera, un justo reconocimiento como promotor de la libertad religiosa, por parte de diferentes líderes mundiales religiosos, quienes tienen conocimiento del trabajo realizado por el mandatario para garantizar el cumplimiento de la ley de la materia. La buena relación de Fidel con los grupos evangélicos no es nueva, viene de mucho tiempo atrás porque a todos ellos les ha ofrecido no solo garantías y respeto a su credo sino su sincera amistad y eso cuenta mucho entre los cristianos. Esa es la cuestión.