Nos unimos o nos jod…
Salvemos México

José Luís Loyo Ochoa
Septiembre 24/08



Veracruz, Ver. MX. La situación en todo el País no es para andar dando paso a las poses partidistas que, esos que tienen el compromiso con el pueblo y forman gobiernos vienen haciendo, mientras los llamados “servidores públicos” sigan anteponiendo sus intereses partidistas para no perder simpatizantes traducidos en sufragios de la próxima contienda el País habrá de seguirse hundiendo en la inseguridad ciudadana, y tenga usted la total y completa seguridad que ellos, los gobernantes, habrán de pagar en las urnas esa acción y pasividad de las acciones ha ejercer en forma inmediata.

Las sociedades mexicanas en la actualidad estamos hundidos en una gran cárcel que nos deja en la absoluta incertidumbre sobre la seguridad de nuestras familias, en ésta nueva etapa de violencia quedamos atrapados todos, no solo los ricos y pudientes, ahora somos todos los que vamos en un mismo barco de violencia que deja como saldo a la sociedad a merced del miedo, hasta salir al trabajo implica el riesgo de ignorar si podremos llegar al destino y retornar al hogar salvos, y lo peor, ignoramos si nuestras familias estarán en buen resguardo en el seno del hogar. No son ahora unos cuantos, somos toda la sociedad en su conjunto la que vivimos dentro el mismo síndrome del miedo, y ello no puede ser soslayado por quienes tienen la obligación de enmendar lo que ellos permitieron crecer a la estatura que hoy tiene.

Hoy los malos se ha adueñado de voluntades, pero esa voluntades no son las de quienes supuestamente deben de velar por los débiles, o sea por el pueblo, una sociedad que está cada día más atemorizada al gado de que ya no se permite a los hijos salir al paseo que a tiempos atrás estaban acostumbrados, el ir los hijos e hijas a una discotek implica ahora el riesgo inminente de que mínimo la violen, y si bien le va al acompañante masculino a camotazos lo pueden dejar como mínimo chimuelo y fracturado, eso si alguno de esos a quienes las fuerzas del orden parecen “respetar” no quiere divertirse tomándolo como a tiro al blanco, pero ahí no para la cosa, en el tránsito diario estamos expuesto que alguno de nosotros les caigamos mal a uno de esos demonios y nos acribillen por quítame éstas pajas. Sin embargo no podemos culpar de indolentes a todos los cuerpos policíacos, esa parvada de entes del demonio tienen mejores armas de las que puedan traer los policías, y así, ni quien se les ponga enfrente, menos por el sueldo de hambre que recibe el poli.

Que ahora bien, la culpa no la tienen todos los policías, como en todo, existen buenos en esa gran canasta de que es los cuerpos del orden, pero tenga usted la completa seguridad de que los malos elementos son ampliamente conocidos por sus jefes, sin embargo esos que están arriba, pero más que arriba en los mandos son los que reciben la tajada de león y de ahí viene ese encubrimiento que tanto escandaliza al pueblo en su conjunto. ¿Qué o que le puede hacer el pueblo contra de ese sistema de corrupción? ¡DENUNCIAR!, una y mil veces, alguna de esas denuncias habrá de llegar a quien no esté coludido con ese sistema de corrupción y la denuncia podrá tener eco para bienestar del pueblo.

El pueblo somos más, si ahora que estamos en esa crisis del miedo nos unimos podemos hacer de esa unión una fuerza indestructible que hará que triunfe el bienestar colectivo.
Hoy tenemos la oportunidad de repetir una y mil veces una denuncia sin ese temor de el malo pueda represalias contra de nosotros o nuestras familias, existen las denuncias que no pueden ser detectadas, las llamadas ANONIMAS, así las cosas, desde un teléfono de la calle, es decir, de un teléfono publico podemos llamar a una instancia y a otra hasta el lograra ser escuchados por quien o quienes no formen parte de esa red de corrupción del crimen organizado. Incluso si persiste el miedo podemos un pañuelo en la boca para dar a nuestra voz un tono distinto al nuestro, tono que hace imposible se identifique esa voz que fue escuchada haciendo la denuncia.

Por favor pueblo, es hora de que nos unamos para devolver a nuestra familias ese clima de tranquilidad al que nuestros padres y abuelos nos acostumbraron, que nuestros hijos si puedan salir a sus paseos sin el consabido miedo y zozobra para nosotros. Unidos los buenos comprobaremos que somos más, mucho más que los malos y habremos de darle en la torre a esos hijos del averno. Debemos de tener presente que en ésta lucha está ese bienestar de nuestro hijos, un bienestar al cual tiene todo el derecho del mundo, primero por ser nuestros hijos y segundo pero principal, por el hecho de que son MEXICANOS, y el ser mexicanos ya es un orgullo que no podemos ni debemos de permitir que todos esos hijos de probeta nos arrebaten, un solo sujeto no podrá mover una roca inmensa ni siquiera un paso, pero todo el pueblo unido podrá cambiar esa roca para el lugar que se quiera siempre y cuando todos empujemos al mismo tiempo. Y mientras usted decide si empuja la parte da la roca que le toca, no olvide que nuestros correos están a su orden: loyocruceropolitico@yahoo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com