PEMEX s/políticos = mejora
Inversión sin corrupción

José Luís Loyo Ochoa
Junio 04/08



Veracruz, Ver. MX. Petróleo: un producto natural no renovable, mismo que antes de los cantos de un gallo tartamudo habrá de pasar a una historia añorada, pero mientras siga el político teniendo el poder que tiene sobre éste producto natural, también natural será los descalabros que habrán de dejar a todo el pueblo, pero ellos, los políticos, habrán de irse con las talegas llenas de ese oro negro ha gozar a otros lugares lejos del dedo acusador y la mirada de un pueblo que se supo engañado y utilizado.

No es nuevo, desde la famosa expropiación todos los políticos que han pasado por éstos gobiernos muy a la mexicana han hecho y deshecho de ese recurso de la forma que han querido, ello, amafiados con todos los líderes de la más avezada y ruin corrupción, nada tenemos ni la más remota idea de cuantos y cuantos políticos se han enriquecido bajo el amparo de ese oro negro, hemos sido testigos de lidercillos que no tenían siquiera dos o tres calzones, un par de botas o una pantalón de mediana calidad antes de ingresar a ese mundo de la grilla sindical para, cuando se vieron de lidercillos cambiar su forma hasta de andar, hemos tenido en nuestra familia política prueba de ello, al mismo por nuestra edad, pudimos conocer y convivir con algunos, citemos a un Ramón Álvarez Jiménez, nacido y criado en el centro del puerto, de cuna humilde, mismo que vivía en su época de pobre en un patio de vecindad.

Quienes tengan edad y los hayan conocido caben que no mentimos, Ramoncito hizo una fortuna que le llevó a poseer mansiones en Europa, sigue en la lista Santiago Mange, ese que tampoco provenía de gran cuna y su riqueza como líder era tal que nadie solía irle a la contraria en sus deseos, y rematemos ésta tercia con un Gabriel Meza Portilla, quien fuera cuñado de mi padrasto, el que antes de meterse de líder sindical usaba unas botas a las que se le veía los dedos de los píes, un oberol que se paraba solo de lo mugroso y lo grasoso que estaba, todos ellos, repetimos, provenientes de cunas más que humildes, a las cuales no les sobraba la tortilla diaria o bien comían a la carta, es decir, el que sacara el as se llevaba el bolillo duro para el agua pintada de negro.

¿De que forma disimulaban su naciente riqueza?, sencillo, todos tenían su ayudante que se encargaba de salir de viaje a los sitios donde la lotería nacional había enviado premio del sorteo, ahí contactaban al ganador y le ofrecían pagarle el importe íntegro sin nada de impuesto, así, se sacaban el consabido retrato con el billete premiado y nadie podía ir con queja alguna de que los señores estaban robando el dinero de sus agremiados.

Estábamos chamacos, por ello no se cuidaban de platicar algunas cosas delante de quien para ellos nada podía saber de las argucias de los mayores, ya de adultos, recordando las buenas fortunas de esos líderes es como nos damos cuenta de la corrupción que siempre ha existido en todo lo que liderazgo y política sea en éste nuestro México querido, nadie que tengamos memoria ha sido capaz de sustraerse el embrujo del billete fácil y rápido, y quienes han querido ser honrados inmediatamente son excluidos del clan de líderes al estilo paisano, pero lo aquí platicado ha sido entre lidercillos, falta abundar en cuanto la extirpe de los políticos se refiere, ahí las puercas tuercen el rabo y no chillan.
Entre la clase política ese tipo de artimañas es superior en todos los sentidos, en la alta y mandamás jerarquía se mueven mejor los compases de la orquesta, ahí hacen bailar cual mejor bailarina del ballet ruso al más tullido, en esos quehaceres de la política mexicana los pesos dejan de ser pesos para convertirse en dólares, con lo cual quienes se mueven a esos niveles logran incalculables sumas del billete verde que les dejan aseguradas sus vidas hasta su quinta generación, pero junto con sus segundos y terceros frentes, querida secretaria y la que aparezca en escena en el último momento, para todas hay y a todas le toca un buen filón de ese oro negro.

Todo lo que a últimas fechas se venido exhibiendo sobre la corrupción que deja ese oro negro no es ni siquiera comparable con la realidad, y no creemos que exista uno solo de los políticos vinculados con las acusaciones vertidas que esté limpio de pecado, todos le han encajado el diente alguna vez en sus vidas de políticos a ese pastel que es PEMEX.

¿Reformar PEMEX?, déjense de cuentos, lo mejor para todo el pueblo sería privatizar a ese recurso que, repetimos, no es renovable, siendo esa industria de la iniciativa privada nadie de los actuales jerarcas tendrían acceso a sus rebanadotas de pastel, mucho habría de cuidarse el empresario de permitir que les robaran un solo peso, y, aunque usted no lo crea, el pueblo saldría ganando en un mil por ciento, los consumibles del petróleo nos permitiría obtener productos derivados del mismo de mejor calidad y sobre todo mejor precio, habiendo inversionistas competerían entre si por dar mejores productos derivado de de toda la gama de conversiones que del crudo se sacan, pero sobre todo, quedarían fuera del pastel los políticos y los líderes charros que tanto han saqueado esa industria.

Con las reformas los actuales políticos y líderes seguirán haciendo de las suyas con ese producto, pero si el inversionista ingresara en ese negocio las cosas serían para mejoras del mismo pueblo, los empleos se generarían al ciento por ciento, sin la venta de plazas y menos aún el condicionamiento que hoy hacen con la venta de contratos para trabajar en esa industria mal llamad mexicana.

Piense usted amable lector y analice lo expuesto aquí, nadie con un dedo que invierta en una empresa lo hará para perder, y de tajo cortaría la intromisión de la clase política y el líder charro que hoy tiene acaparado y esclavizado al trabajador.

Para que se de usted una idea, sigue la práctica de cobrar al que quiera laborar en Pemex un mínimo de buenos miles de pesos por contrato, y esos contratos son por unos cuantos días, y para reanudarlos tiene que volver ha pagar la misma cantidad o quizá hasta más.
De una vuelta por Campeche para que vea cuantos obreros están besando el trasero de el jerarca que reparte los contratos, gente que empeña hasta los calzones de su esposa con tal de conseguir trabajar una catorcena en ese oro negro que se llama PEMEX, y cuando vuelva usted de Campeche no olvide que nuestros correos están para tratar de servirle: loyocruceropolítico@yahoo.com.mx y loyocrucero@hotmail.com